
- Todo tiene su lugar
Usa cajas, etiquetas y colores para que tus alumnos sepan dónde va cada cosa. ¡Te sorprenderá cuánto disfrutan ordenar cuando saben cómo! - Circulación libre
Asegúrate de que haya espacio suficiente para que los niños se muevan sin interrumpir a los demás. Esto evita choques, tropiezos y distracciones. - Zonas con propósito
Crea rincones con funciones claras: lectura, juego tranquilo, trabajo en equipo, creatividad… Así, cada espacio comunica su intención. - Materiales al alcance
Lo que se usa con frecuencia debe estar al nivel de los niños. Esto promueve la autonomía y reduce las interrupciones. - Tu escritorio no es bodega
Mantén tu espacio limpio y funcional. Si tú te organizas, ellos también lo harán por imitación.
¿Tú como tienes organizada tu aula?