Lo que hice:
Empecé a implementar lo que llamé “tiempos de enfoque”:
Divido la actividad en bloques de 5 a 10 minutos (dependiendo de la edad), y durante ese tiempo los alumnos deben estar completamente concentrados en su trabajo. Les digo que “enciendan su mente como si fuera una linterna” y que su objetivo es mantenerla encendida hasta que suene una pequeña campanita.
Al sonar, hacemos una pausa de 1 minuto para estirarnos, pararnos, respirar profundo o simplemente movernos un poco. Luego continuamos con otro bloque.
🧠 Lo que noté:
- Aumentó su resistencia para tareas largas.
- Disminuyeron las interrupciones.
- Se sintieron más tranquilos al saber que tendrían pausas reales.
- ¡Les encantó sentirse “dueños de su atención”!
¿Te ha funcionado algo parecido?
¿Tienes alguna técnica para trabajar con estudiantes inquietos o con poca tolerancia a la espera? Me encantaría leerte. 💬